Para mantener un bonito brillo, es necesario que cuides tu pelo con tratamientos prolongadores de color. Así tu cabello ganará volumen y tu coloración se mantendrá intacta.
De algo que no puedes prescindir es el bálsamo, que debe ser para pelo teñido y sin aclarado, para facilitar el desenredo y proteger el color.
Para esto debes fijarte que tenga principios activos como aminoácidos, proteínas de trigo, filtros UV y provitamina B que sirven para cerrar la cutícula y guardar los agentes colorantes.
Otro punto fundamental es la hidratación, que puede lograrse a través de un mousse o espuma sin aclarado que devuelva el resplandor al color y evite los cambios producidos por la exposición al sol. Éste puede ser con extractos de aceite de almendra dulces o de avellanas, ricos en azúcares que protegen al cabello de la oxidación diaria.
También es importante aplicarse un tratamiento nutritivo y desenredante, con ácidos de frutas, concentrado en pigmentos iónicos y enriquecido de agentes cosméticos para alisar la cutícula, despertar el color y acentuar la reflexión de la luz.
Así los colorantes penetran de manera uniforme y duradera en el interior del cabello, garantizando una intensificación progresiva del color, por eso es trascendental actuar sobre las 4 zonas de la fibra capilar: raíz, corteza, cutícula y superficie, para reforzar la estructura del cabello, lo que le dará una mejor resistencia al agua y logrará que el color se difumine menos.
Tampoco puedes dejar de lado el uso de un champú suavizante o máscara para amplificar los reflejos, reavivar el color, compensar la pérdida de colorantes y espaciar las coloraciones.
