¿Son los animales más fieles que los seres humanos?

Los casos de pareja única que se dan en el reino animal, en especies como los cisnes y pingüinos, dejan la impresión de que ellos son más fieles incluso que el ser humano en el ámbito amoroso. Una médico veterinaria explica si eso es mito o realidad.

 El cisne elige una pareja para toda la vida y no la deja ni ‘engaña’ con otra a pesar de migrar y distanciarse. Suelen morir juntos y por eso se han transformado en el ícono de la fidelidad en el amor. Pero, ¿son los animales más fieles que los seres humanos?

Todo indica que la monogamia en el reino animal es la opción menos practicada. “Los animales, en la mayoría de los casos, no son fieles en términos amorosos. Aunque pueden mantener parejas estables, si se da la oportunidad pueden aparearse con otras sin dejar a sus parejas o crías abandonadas. Al analizar el comportamiento ‘fiel’ de los animales, generalmente se cae en la antropomorfización, ya que es muy difícil de abstraerse de este foco. Los animales no entienden o relacionan la fidelidad como lo hace el hombre, que le da una connotación de malo o bueno. Ellos simplemente actúan según le dicte su instinto; no hay juicios de valor. La tendencia natural es mantener y preservar su información genética”, explica Sylvia Arrau, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.

Según un análisis de ADN y estudio de un grupo de científicos estadounidenses, entre el 10 y 70% de los ‘hijos’ de una pareja animal no son del mismo padre, lo que demostraría que la promiscuidad es la que se impone en ellos. “A pesar de que se han escrito decenas del libros e investigaciones sobre el tema, nada es concluyente. Lo cierto es que los animales actúan primordialmente movidos por sus instintos al momento de formar pareja. La monogamia o poligamia se presentan en función del beneficio de preservar la especie”, aclara la médico veterinaria.

Entre las excepciones a la regla están los cisnes, los caballitos de mar, la salamandra de espalda roja, los pingüinos, el lobo gris, las lechuzas y otras pocas especies más. “La tendencia más fuerte entre los animales es hacia la poligamia, aunque existen algunas honrosas excepciones, como por ejemplo los cines, que buscan pareja y la mantienen hasta que uno de ellos muere. Otros casos similares son de los caballitos de mar y los albatros”, señala Arrau.

La docente de la U. del Pacífico indica que el bioquímico y divulgador científico Pere Estupinyà ha desarrollado en extenso este tema. “Él dice que la monogamia social está presente en múltiples especies del reino del animal, pero que la monogamia sexual, o sea la «fidelidad», es una cosa extrañísima en la naturaleza. Dicho de otro modo, la monogamia es natural y la fidelidad antinatural. El animal no abandona su nido, pero si tiene la oportunidad, se aparea. Tanto macho como hembra son infieles para maximizar cantidad y calidad de descendencia. Estupinyà además explica que en los seres humanos la monogamia y la fidelidad suelen ir juntas, pero en la naturaleza la monogamia social (formar núcleos familiares estables) y monogamia sexual (aparearse exclusivamente con una pareja) son bien diferentes”, concluye Sylvia Arrau, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.

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