¿Por qué el cáncer de vejiga sigue siendo altamente mortal?

A juicio de los expertos, el envejecimiento de la población, los malos
hábitos alimenticios, el tabaquismo y la contaminación son los principales
factores de riesgo de esta neoplasia,  la más frecuente del sistema
urinario y la novena en el mundo.

La vejiga es un órgano en forma de globo pequeño situado en la parte
inferior del abdomen. Posee una pared muscular elástica que le permite
agrandarse o encogerse al almacenar  y eliminar la orina producida por los
riñones, órganos encargados de filtrar y limpiar la sangre. De esta
manera, se produce la eliminación de productos de desecho a través de la
orina.

El cáncer de vejiga  es la neoplasia más frecuente del sistema urinario, y
la novena en el mundo, con una incidencia de 5,3/100.000 habitantes. En
Chile esta incidencia es del orden de 3,9/100.000, aunque en regiones como
Antofagasta es impactantemente elevada y ha sido documentada en
24.8/100.000 habitantes, con una mortalidad del orden de 11.4 /100.000
entre los años 1998 y 2002.

La Dra. Carolina Ibáñez, oncóloga, explica que la incidencia y mortalidad
de este cáncer no han cambiado mayormente en la última década, donde
continúa siendo “altamente mortal”, en el caso de que sea del tipo
invasor. Su edad de presentación suele ser entre la sexta y séptima década
de vida y en hombres más frecuente que en mujeres. El manejo y la
intención del tratamiento cambia, dependiendo de si es diagnosticado en la
mucosa de la vejiga o si compromete más allá de la mucosa atravesando la
pared. Lo primero tiene intención curativa y tienen mejor sobrevida, los
segundos casos son más agresivos y la intención del tratamiento termina
siendo paliativa y altamente letal a mediano y corto plazo. Requiere un
manejo multidisciplinario, involucra urólogos, oncólogos y
radioterapeutas, entre otros.

Uno de los principales factores de la aparición es el tabaquismo, donde
Chile lleva la delantera en América Latina con una prevalencia del 42% de
fumadores activos. A esto se debe agregar el acelerado envejecimiento de
la población, además de la alta contaminación ambiental y los estilos de
vida con malos hábitos alimentarios y obesidad,  también inciden en la
ocurrencia de este y otros cánceres.

Si bien no siempre presenta síntomas específicos, los principales son la
aparición de sangre en la orina, dolor al orinar en algunos  casos, y
compromiso del estado en general.  Con respecto a este último punto, la
oncóloga señala que los pacientes adelgazan, cambia el color de su piel, y
pueden aparecen nódulos inguinales palpables, donde la enfermedad suele
estar muy avanzada. Para detectar y diagnosticar el cáncer de vejiga, se
utilizan exámenes dirigidos a estudiarla por dentro: “cistoscopias”, y
exámenes de imágenes como escáner o PET para evaluar el compromiso a
distancia o metástasis.

La cirugía constituye uno de los pilares fundamentales en el tratamiento
del cáncer de vejiga, dependiendo de la etapa al diagnóstico. La mayoría
de quienes sufren esta patología se someten a una operación vía
endoscópica a través de la uretra, la que no es una cirugía invasiva, ya
que la mayoría de los pacientes logran rehabilitarse sin complicaciones.
El problema ocurre cuando el cáncer está en etapa avanzada, donde los
especialistas, en la mayoría de los casos, se ven obligados a extirpar la
vejiga completa,  y en ese sentido tienen que reemplazar su función por
una conexión a la pared abdominal con un recolector de orina especial. Ya
sea previa o posterior a ella, los pacientes deben ser sometidos a
terapias conjuntas de quimio y/o radioterapia para intentar controlar la
enfermedad. Sin embargo y a pesar de los esfuerzos la gran mayoría recae
de su tumor y deben ser tratados con terapias sistémicas para mantener el
cáncer a raya y lograr una mejor y mayor sobrevida. Hasta ahora, el
tratamiento de la enfermedad metastásica era muy frustrante, dado que no
existían muchas alternativas terapéuticas y la calidad de vida se debilita
rápida e inexorablemente. No obstante, existen nuevas alternativas que se
están explorando, algunas de las cuales ya han sido aprobadas y cuyas
respuestas están generando expectativas de vida que eran insospechadas.

Conclusiones
En relación al cáncer de vejiga, la Dra. Carolina Ibáñez sostiene que se
debe «recalcar que esta enfermedad requiere un manejo multidisciplinario.
Si el tumor se encuentra en una etapa precoz el paciente tiene
posibilidades de curarse».  Además, destaca que quien padezca esta
patología debe ser evaluado tanto por el oncólogo como por el urólogo.
A su vez, aquellos que se encuentren con la enfermedad en etapa avanzada
deben saber que están apareciendo nuevas alternativas de tratamiento para
mejorar la calidad de vida, y su sobrevida.

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