Greenpeace cumple 40 años

Las semillas de la actual desarrollada y global ONG Greenpeace fueron sembradas hace ya cuatro décadas, con motivo de una protesta antinuclear. En septiembre de 1971 un pequeño grupo de gente decidió organizarse para protestar navegando desde Vancouver hasta las Islas Aleutianas –Alaska- donde se realizaban las pruebas nucleares norteamericanas.

A pesar de que ese legendario primer viaje falló su destino y las pruebas se realizaron, su accionar directo y no violento capturó la imaginación pública, logró la anulación de futuras pruebas nucleares, y fue la primera chispa de un movimiento que creció y se convirtió en la mayor organización medio ambiental independiente del mundo.

Por estos días, se realizará una ceremonia en Vancouver, para homenajear el 40 aniversario del nacimiento de la organización ambientalista.

El Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional Kumi Naidoo recordará la iniciativa de los fundadores y llamará a los habitantes de todo el planeta a demandar justicia por el clima en la próxima conferencia climática de Naciones Unidas que se llevará a cabo en Durban.

En América Latina

La oficina de Argentina fue la primera que se abrió en un país en vías de desarrollo, en abril de 1987 cuando un grupo de voluntarios comenzó a trabajar para conseguir la prohibición de la producción, importación, venta y uso de 12 compuestos químicos tóxicos.

«Greenpeace Argentina fue creciendo y avanzando sobre diversos problemas ambientales: la sobrepesca, la contaminación de las aguas, el destino de la basura, el cambio climático, el desmonte de los bosques nativos, siendo en la actualidad, la organización ambientalista más grande del país», dijo Martín Prieto, Director Ejecutivo de Greenpeace Argentina.

«Luego de cuatro décadas de instalar temáticas ambientales en el centro de la escena y lograr victorias significativas por la defensa del planeta, hoy nos enfrentamos a una perfecta tormenta de crisis económica, ecológica y democrática. No existe desafío más grande que el cambio climático», dijo Naidoo.

Y agregó: «No podemos esperar que los políticos sigan discutiendo y desperdiciando oportunidades para ponerse de acuerdo en cómo impedir los peores estragos del cambio climático. Necesitamos líderes con visión que tomen decisiones audaces que frenen el cambio climático y protejan a los más vulnerables a sus efectos. Necesitamos ciudadanos activos que exijan esto a sus líderes políticos y corporativos».

Hoy la ONG tiene oficinas en 40 países y suma 11,6 millones de personas que la apoyan con más de 2,8 millones de donantes.

También opera una flota de barcos que le permiten trabajar para proteger las regiones más vulnerables del mundo, como los mares más importantes, la selva amazónica y el Ártico.

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