La resilencia ¿cómo conseguirla?

La resiliencia  es la capacidad que tiene una persona de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento.

La resilencia permite soportar la presión y permitirla de modo que podamos volver al estado y forma originales luego del traspié, e incluso tal quizás alcanzar una naturaleza mejorada respecto a la inicial. Podríamos decir que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia.

Después de un episodio difícil en nuestras vidas la mejor lección es que ese dolor o experiencia traumática han de servir para fortalecernos interiormente. Y eso va a depender de nuestra actitud.

10 formas de construir resilencia

  1. Establece relaciones

Es importante establecer buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes en tu vida. Aceptar ayuda y apoyo de personas que lo quieren y escuchan, fortalece la resiliencia.

  1. Evitar ver las crisis como obstáculos insuperables

No puedes evitar que ocurran eventos que producen mucha tensión, pero si puedes cambiar la manera como los interpreta y reacciona ante ellos. Trata de mirar más allá del presente y piensa que en el futuro las cosas mejorarán.

  1. Acepta que el cambio es algo normal

Es posible que como resultado de una situación adversa no te sea posible alcanzar ciertas metas. Aceptar las circunstancias que no puedes cambiar te puede ayudar a enfocarte en las circunstancias que sí se pueden alterar.

  1. Muévete hacia tus metas

Desarrolla metas realistas. Haz algo regularmente que te permita moverte hacia tus metas, aunque te parezca que es un logro pequeño. En vez de enfocarte en tareas que parecen que no puedes lograr, mira las cosas que puedes lograr hoy y que te ayudan a caminar en la dirección hacia la cual quieres ir.

  1. Lleva a cabo acciones decisivas

Llevar a cabo acciones decisivas es mejor que ignorar los problemas y las tensiones, y desear que desaparezcan.

  1. Busca oportunidades para descubrirte

Muchas personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han expresado tener mejoría en el manejo de sus relaciones personales, un incremento en la fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.

  1. Cultiva una visión positiva de ti mismo

Desarrollar la confianza en tus capacidades para resolver problemas y confiar en tus instintos, ayuda a construir la resiliencia.

  1. Mantén las cosas en perspectiva

Aun cuando te enfrentes a eventos muy dolorosos, trata de considerar la situación que te causa tensión en un contexto más amplio, y mantén una perspectiva a largo plazo. Evita agrandar el evento fuera de su proporción.

  1. Nunca pierda la esperanza

Una visión optimista te permite esperar que ocurran cosas buenas en tu vida. Trata de visualizar lo que quieres en vez de preocuparte por lo que temes.

  1. Cuide de ti mismo

Presta atención a tus necesidades y deseos. Interésate en actividades que disfrutes y encuentres relajantes. Haz ejercicios regularmente. Cuidar de ti mismo te ayuda a mantener tu mente y cuerpo listos para enfrentar situaciones que requieren resiliencia.

Formas adicionales de fortalecer la resiliencia

Te podrían ser de ayuda por ejemplo escribir sobre tus pensamientos y sentimientos más profundos relacionados con la experiencia traumática u otros eventos estresantes en tu vida. La meditación y las prácticas espirituales ayudan a algunas personas a establecer relaciones y restaurar la esperanza.

La clave es identificar actividades que podrían ayudarte a construir una estrategia personal para desarrollar la resiliencia.

El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Depende de nosotros decidir cómo tomarnos esa circunstancia insoportable, ese momento asfixiante, esa relación insufrible o lo que sea que nos esté atrapando en cada etapa de nuestra historia personal.

¡Así que ánimo y a desarrollar la resilencia!

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