Mitos sobre los anticonceptivos hormonales

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La elección de un método anticonceptivo hormonal suele ser una de las decisiones clave para una mujer ante la prevención del embarazo a largo plazo. Sin embargo, en muchas ocasiones, esta suele ser una decisión complicada si se tienen en cuenta todos los mitos que circulan ante los mismos.

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Las típicas preguntas que cualquier mujer se hace son: “¿Es cierto que la píldora engorda?”, “¿los anticonceptivos reducen la fertilidad?” o “¿Puedo tomar anticonceptivos durante la lactancia?”. En su mayoría falsas creencias que, con este artículo, intentaremos explicar para evitar las dudas suscitadas.

 

¿Cómo funciona los anticonceptivos hormonales?

Los anticonceptivos hormonales, como su nombre indica, se componen de hormonas sintéticas de imitación a las hormonas femeninas: estrógeno y progesterona. Encargadas del proceso del ciclo menstrual de la mujer, su uso mediante estos métodos altera este funcionamiento natural – pensado para la reproducción – inhibiendo la ovulación y evitando de este modo un posible embarazo no deseado por el momento.

Del mismo modo, y para mayor prevención, estas hormonas actúan sobre el moco del cuello uterino, espesando y haciendo más grueso, con el objetivo de impedir la entrada de espermatozoides al útero y su posible encuentro con el óvulo a fecundar.

Disponibles en distintos formatos, por vía oral, vaginal o dérmica, podemos encontrar la píldora, el anillo anticonceptivo y los parches, respectivamente. Efectivos casi al 100% en todas sus modalidades, si bien es cierto se deben tener algunas consideraciones para lograr este porcentaje en su total: evitar descuidos en su toma o administración o utilizar una protección de barrera en el caso de riesgo de contagio por una ETS.

Mitos y realidades sobre los anticonceptivos

Engordan: Uno de las leyendas más escuchadas a cerca de los anticonceptivos, sobre todo de la píldora, es que esta engorda. Un mito que no es del todo cierto. Si bien, los anticonceptivos hormonales pueden provocar una cierta variación en el peso, esta se da por una mayor retención de líquidos. Sin embargo, nunca causará un aumento de más de 1 o 2 kilos. Ante este hecho, se debe tener el cuenta el metabolismo de cada mujer, la dieta o si se realiza ejercicio.

 Ante una subida de peso considerable, se recomienda solicitar a nuestro médico un estudio de nuestro caso concreto (análisis hormonal), para determinar el cambio a otro anticonceptivo, de menor dosis hormonal (estrógeno y progestatina) o mayor adecuación en cada persona.

Esterilidad: Otras de las cosas negativas que se suelen escuchar a cerca de estos métodos para la prevención del embarazo es la consecución de problemas de fertilidad cuando se abandonan. Algo totalmente alejado de la realidad, ya que los anticonceptivos no aumentan ni disminuyen los la capacidad de reproducción en las pacientes que los han tomado.

El único dato que puede ser cierto, en relación a este tema, es que tras la cesión de la toma o administración de los anticonceptivos, el cuerpo de la mujer puede tardar hasta 6 meses en volver a la normalidad. Es decir, a regresar al ciclo menstrual regular de cada persona.

Efectos secundarios: Otro de los inconvenientes más mencionados de los anticonceptivos son los efectos adversos que estos provocan. Y sí, como todo medicamento, al inicio del tratamiento estos pueden generar algún tipo de malestar en la mujer o sensibilidad a alguno de sus componentes. Según sea el caso, terminarán desapareciendo con el paso del tiempo. Si no es así se recomienda visitar al médico para buscar el método más adecuado a cada mujer. Posible gracias a la amplia proliferación de marcas que existen en el mercado.

 Edad: En muchas ocasiones hemos oído que no se debe tomar la píldora una vez superados los 35 años. Algo que no es cierto, en absoluto. Siempre que una mujer se encuentre bajo evaluación médica por parte de su ginecólogo, esta puede utilizar anticonceptivos durante toda su vida fértil. El riesgo de su toma a partir de los 35 años solo puede verse relacionado en el caso de mujeres fumadoras, diabéticas, hipertensas o con tendencia a sufrir cardiopatía. Casos para los que existen anticonceptivos específicos como es la minipíldora, compuesta solo por progesterona.

 Lactantes: Uno de los mitos sobre los anticonceptivos que es, en gran parte, cierto se refiere a la toma de los mismos durante la lactancia materna. La leche de la madre y el bebé pueden verse perjudicados por la composición de estrógeno de la píldora, el anillo o los parches. Sin embargo, la minipíldora si es una opción a escoger durante esta etapa, al estar únicamente compuestos por progesterona.

 Enfermedades: Por últimos, debemos destacar la leyenda que se ha creado, durante los últimos años, a cerca de la relación entre los anticonceptivos y el riesgo de padecer cáncer a largo plazo.

Un mito a desmitificar, ya que según afirman médicos y especialistas, tras diversos estudios realizados, este método anticonceptivo destaca por las menores tasas registradas tanto de los casos de cáncer de ovario, endometrio o colon en las pacientes que se someten a su toma.

Asimismo, los especialistas descartan la relación entre el cáncer de cuello de útero, causado por el Virus del Papiloma Humano, o la asociación con el cáncer de mama. Dos casos totalmente independientes de las hormonas de las que se componen los anticonceptivos actuales, de bajas dosis y nuevos preparados, especialmente pensados para el bienestar femenino.

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