Pros y contras de algunos tipos de dietas

Tendencias en alimentación hay muchas y sus características dependen de los alimentos excluidos o de las formas de relacionarse con ellos. La lista incluye, por ejemplo, la dieta vegetariana, la crudivegana, la frutariana, la macrobiótica y la ovo-lácteo-vegetariana, entre otras. Todas opciones que requieren tomar en cuenta ciertas consideraciones desde el punto de vista nutricional.

Ya sea por moda o por conciencia acerca del consumo de ciertos productos relacionados al maltrato animal o por su impacto medioambiental, muchos deciden día a día seguir dietas que excluyen especialmente la carne y sus derivados.

Sólo por poner un ejemplo, según datos que reporta la Organización Unión Vegetariana, el consumo de carne tiene un alto impacto en el uso de tierras, consumo de agua, deforestación y contaminación de aguas, porque para producir un kilo de carne se requiere la misma cantidad de tierra que para doscientos kilos de tomates en el mismo tiempo.

Son este tipo de antecedentes los que cada vez son más conocidos y considerados al momento de decidir qué nos llevamos a la boca. Frente a esta realidad, se hace necesario informarse adecuadamente acerca de cuáles son los principales beneficios y peligros de seguir estas dietas.

Para conocer cuál es cuál, el docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico, Edmundo Rodríguez, explica sus características:

  • Dieta vegetariana: Corresponde a una costumbre donde se elimina el consumo de cualquier tipo de carne de un animal. En este caso no se producen grandes problemas de alimentación, ya que puede ser equilibrada respecto al consumo necesario de proteínas y vitaminas, pues los nutrientes críticos de origen animal podrían ser cubiertos tanto con el huevo como con la leche y sus derivados. Dentro de este tipo de vegetarianos se encuentran los Ovo-lacto-vegetarianos. Sin embargo, puede generar algunos problemas de sobrepeso y obesidad, ya que por lo general la base de estas dietas es el uso de cereales. Por otra parte, en la gran mayoría de las dietas vegetarianas hay un bajo consumo de fierro, ya que el que se puede consumir desde productos vegetales está menos disponible que el que se puede obtener desde las carnes, pudiendo causar anemias.
  • Dieta lacto-vegetariana: Consumen productos lácteos y productos de origen vegetal, eliminando la carne y el huevo de su dieta.
  • Dieta vegana: Describe a quienes no consumen ningún tipo de alimento de origen animal. Las dietas veganas realizadas sin ningún tipo de asesoría o dietas que no incluyan ni lácteos o huevos son las menos recomendadas, ya que son las más dañinas al no considerar un buen equilibrio de proteínas de alto valor biológico, además del consumo de nutrientes críticos que se obtienen desde los productos de origen animal.
  • Dieta crudivegana: Es una tendencia donde se deben comer alimentos crudos, los cuales no se deben someter a procesos químicos ni ser calentados a más de 40º C. No obstante, no se ha demostrado que consumir los alimentos de esta forma mejore el estado de salud de quienes la practiquen. Por otra parte, hay alimentos que requieren procesos de cocción para ser utilizados por nuestro cuerpo, como los cereales y las leguminosas.
  • Dieta frutariana: Sólo incluye frutas, frutos secos y semillas. Este tipo de dietas no tiene algún tipo de beneficio, ya que es completamente desequilibrada nutricionalmente y carente de nutrientes esenciales. Solo aporta fibra, agua, algunos hidratos de carbono, algunas grasas saludables a través de los frutos secos y vitaminas.
  • Dieta macrobiótica: Impulsa el consumo de alimentos mínimamente procesados, con producción local y en la que se incluyen carnes de ave y pescado. Todo esto en un concepto de tradición oriental. A través de esta dieta se busca el equilibrio físico y mental, equilibrando las energías yin y yang de los alimentos. Se prefiere el consumo de cereales integrales, sólo verduras y frutas de la estación, pequeñas porciones de pescado, pollo y queso. Los principales beneficios es que es una dieta alta en fibra, lo cual puede ayudar al tránsito gastrointestinal, además de evitar enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Sus contraindicaciones apuntan a que puede producir déficit de proteínas y minerales, y falta de fierro, por lo que puede provocar anemia.
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