¿Qué es el consumo consciente?

Si Ud. compra ropa para ´toda la vida´, usa productos amigables con el medio ambiente, adquiere artículos locales y/o ecológicos, asiste a ferias de las ´pulgas´o ventas de garaje, y recicla en vez de botar, es de los que consume en forma consciente. Una forma de consumo que poco a poco se adentra en la comunidad, debido a una mayor conciencia del entorno y del futuro.

El último estudio de estilos de vida y tendencias de los chilenos, Chilescopio 2016, realizado por la consultora Visión Humana, dio cuenta de un estilo de consumo que se denomina “Consumo Consciente”, que como se indica en la muestra “se expresa en preferir marcas o empresas comprometidas con la comunidad, alguna causa social y/o cuidado del medio ambiente”.

Según las cifras, esta forma de consumir representa a cerca del 43% de los consumidores chilenos. “Esta actitud se muestra significativamente más presente en las mujeres respecto de los hombres (46% y 39%, respectivamente) y menos presente en las personas de edad superior a 60 años (36%) o de nivel socioeconómico más bajo (38%)”, detalla.

El docente de la Escuela de Publicidad de la Universidad del Pacífico, Juan Claudio Edwards, indica que según los planteamientos de los ingenieros comerciales de la Universidad de Chile, Marcelo Avaria, Luis Catalán y Jahil Saieg, “la característica clave que define a los consumidores responsables es tener en cuenta el impacto social, animal o medioambiental de sus decisiones. Para ellos, consumo responsable o consciente es un concepto muy amplio, un estilo de vida que implica una forma de entender la compra y el gasto, manifestación de valores profundos que se traducen en pautas de comportamiento en la administración del hogar o economía doméstica, el gasto de energía; la elección de trabajo, la participación en la comunidad, o el transporte público o movilidad sostenible”, alude.

Según el profesional de la Universidad del Pacífico, esto es tendencia en el exterior desde hace mucho tiempo y comienza poco a poco en Chile desde hace unos diez años. “Pero especialmente desde el 2010, donde las principales causas son las preocupaciones por mí, mi entorno y mi futuro”, plantea Edwards.

Consumidores reemplazados por persumidores

 El profesor universitario menciona que la tendencia del Consumo Consciente ha incluso creado un nuevo tipo de consumidor. “Este nuevo consumidor va acompañado con la posibilidad de manifestarse públicamente en medios no oficiales o las llamadas redes sociales, unido a un mejor bienestar económico que ha experimentado nuestra sociedad. La gente deja de ser sólo consumidores, como se definió en los 60’s, para pasar a ser ‘persumidores’, es decir, personas que van más allá de sólo consumir y que no sólo buscan lo más barato o más conocido, sino aquello que ´hace y me hace bien´”, señala.

Pero, ¿cómo se entiende esto en un mundo caracterizado por el individualismo? “La clave está en entender que ese individualismo, principalmente manifestado por los jóvenes, es una suma de individualismos que al final se transforma en un colectivo conceptual amplio y a veces poco definido en sus contornos, pero de enorme fuerza”, explica el docente de la Escuela de Publicidad de la U. del Pacífico.

Dentro de las causas, están los niveles de satisfacción de las necesidades básicas. “A medida que las necesidades más básicas están cubiertas, la gente se preocupa de lo más profundo, del origen, de las externalidades positivas o negativas, y menos del precio, de la promoción. Así, los de nivel socioeconómico más privilegiados están más conscientes de ´lo que hay detrás´, de cómo fue creado, fabricado y comercializado el producto o la marca”, explica Juan Claudio Edwards.

De acuerdo a Chilescopio, también existe una predisposición a este comportamiento en grupos más jóvenes. “Los mayores, aunque sean de nivel socioeconómico más alto, tienden a privilegiar las marcas conocidas, las que les dan seguridad, las de toda la vida. No se preguntan demasiado y tienden a seguir usando y prefiriendo las que los han acompañado toda su existencia y han resultado confiables”, comenta el académico.

El caso de las mujeres y los jóvenes tiene dos explicaciones bastante claras. “Las primeras buscan lo mejor, principalmente para sus hijos. Las constantes noticias de ‘sustancias tóxicas’, de ‘exceso de…’, las hacen dudar, cuestionarse y buscar y privilegiar marcas y productos ‘que les hagan bien a ellos’. Los jóvenes, por su parte, buscan e impulsan ´un mundo mejor´. Esto siempre ha sido igual: La Revolución de las Flores del ‘68; la caída del Muro de Berlín; las marchas por Educación de Calidad; las protestas de Greenpeace, porque la esencia de la juventud es cuestionar los modelos de sus padres y tratar de borrar lo anterior para buscar mejores horizontes para sí mismos”, dice.

Lo que está claro, es que el consumo consciente llegó para quedarse. “Éste podrá masificarse en todos los estratos y capas sociales y etarias, en la medida que se den, a lo menos, tres aspectos claves: que las necesidades más fundamentales de la sociedad estén cubiertas masivamente; que para consumir conscientemente no se requiera pagar más; y que las empresas fabricantes y comercializadoras de productos y servicios entiendan el rol que les cabe en hacer de éste un mundo cada vez mejor”, concluye el profesor de la Escuela de Publicidad de la Universidad del Pacífico, Juan Claudio Edwards.

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