Cuidado ecológico: ¿Cómo reducir tu huella de carbono?

la huella de carbono

Reducir, reciclar y reutilizar. Estas tres palabras son la base para el cuidado ecológico y tener un estilo de vida más amigable con el media ambiente. Mucho se habla del calentamiento global, los problemas energéticos y la huella de carbono.

Para saber cómo reducir la huella de carbono, primero tienes que tener claro qué es y a qué se refiere. Esta mide el impacto de tus actividades diarias en cantidad de emisiones de CO2 (Dióxido de Carbono)  producida durante la combustión de combustibles fósiles.

¿Y más simple?

Es la cantidad de gases de Efecto Invernadero que emites con tus actividades diarias como cocinar, limpiar, transportarte, etc. Expertos creen que una persona debería emitir sólo 2 toneladas de CO2, aunque mundialmente se está aceptando 4 toneladas por persona ¿Te imaginas si todos los habitantes del mundo emiten 4 toneladas lo dañino que es para el planeta?

Por eso, sencillos cambios de hábitos pueden ayudar al medio ambiente pues se calcula el 45% de las emisiones corresponden a actividades de las personas. Si no saber por dónde empezar, aquí te damos una lista para comenzar a reducir tu huella de carbono.

¿Qué hacer?

  • Transporte: Cambios en tus medios de transporte puede ayudar a reducir las emisiones de CO2, la contaminación del aire y la contaminación acústica. Para lograrlo puedes: ir al trabajo o lugar de estudios en bicicleta, caminando, compartiendo el auto con algún compañero o en transporte público. Evita los viajes cortos en auto porque el motor frío aumenta las emisiones de CO2 y los viajes más frecuentes en automóvil son menores a 3 km. También, evita los viajes en avión y si no hay otra alternativa trata de compensarlo disminuyendo tu huella en otros ámbitos.
  • Alimentación: Reducir el consumo de productos de origen animal ayudaría a bajar las emisiones de CO2 y metano. Para conseguirlo intenta:
  • Comer productos de tu zona y de la temporada: Así disminuirás el efecto del recorrido de los alimentos y, en general, la producción local de alimentos requiere menos consumo de energía. Evita comprar más de lo que necesitas para no tener que desechar la comida, recicla la basura orgánica en tierra de hojas y los envoltorios como cajas y plásticos llévalos a los puntos de reciclaje más cercanos.
  • Consumo de Energía: Tener fuentes de energía limpia, como termo paneles, ayuda considerablemente a la emisión de CO2 y aunque su instalación puede ser un poco cara, con el tiempo se compensará con la baja en tu cuenta de la luz. Además, podrías:
  • Usar ampolletas de bajo consumo y ahorrativas: Mantén tu refrigerador lejos de la cocinilla, no guardes alimentos calientes en el refrigerador, controla los niveles de refrigeración y calefacción, apaga las luces que no ocupes y desenchufa los aparatos que no están siendo utilizados como computadores, lámparas, secadores de pelo, etc.
  • Consumo de agua: La fuente de vida de toda especie no puede ser desperdiciada pues así ayudarás a mantener los suministros de agua potable, ya que el agua corre el riesgo de transformarse en un bien escaso.

A estas medidas, se agrega utilizar bolsas de basura biodegradables y prefiere usar bolsas de género cuando vayas de compra para evitar acumular plásticos innecesarios y desincentivar su producción. Con esto ayudarás al planeta y te sentirás bien contigo misma. Si quieres saber cuál es tu huella de carbono calcúlala aquí.

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