¿Adicta a las compras?

Muchas veces las mujeres salen de shopping y terminan comprándose ropa que ni siquiera es de su estilo, artículos para sus hijos, amigos, hermanos, padres, etc., lo que sea, sólo por comprar algo. Mujeres convencidas de que las compras podrán llenar el vacío que tienen en su interior.

La autora estadounidense del libro Comprar o no comprar: Por qué compramos en exceso y cómo parar”, April Lane Benson, dice que la baja autoestima, una pérdida personal o incluso el aburrimiento pueden influir en la compra exagerada de diferentes artículos. Sin embargo, las razones para convertirse en una compradora compulsiva no son pocas, al contrario de lo que se piensa, el vacío emocional, el aburrimiento y la depresión son causantes directas de esta adicción.

La película “Confessions of a Shopaholic” relata fielmente el sentimiento eufórico que sienten las mujeres adictas a las compra, la protagonista Rebecca Bloomwood es una joven recién graduada que consigue trabajo en la ciudad de Nueva York para solventar sus gastos como compradora compulsiva. El film relata el proceso de sanación por el que tuvo que pasar la protagonista, mostrando el sufrimiento y la desesperación con la que viven la mayoría de mujeres con este mal.

La compra compulsiva se caracteriza por el sentimiento de euforia, similar al del enamoramiento, que luego de haber sucumbido ante la tentación de precios y rebajas, desaparece para traer de vuelta a la realidad a la persona con esa adicción. Para algunas mujeres las compras ayudan a soportar estados de ánimo depresivos, otras ocupan este comportamiento como una descarga de frustraciones, y también existe el grupo que ocupa esta conducta como una forma de mantener el control sobre su vida.

Benson explica que para liberarse del comportamiento compulsivo, lo primero es identificar las razones y emociones que llevan a ceder ante la adicción. Lo principal es buscar ayuda a través de terapias, y siempre tener presente los perjuicios a los que se cae por culpa de este comportamiento, como problemas financieros o trabas sociales.

Según la autora, es aconsejable elegir a una especie de guardián, que nos controle los impulsos. Además ayuda mucho el hecho de llevar una lista con las necesidades reales de la persona, tener una línea de crédito con un sobregiro pequeño y siempre pensar en la funcionalidad de los nuevos objetos a adquirir.

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