¿Cómo identificar el trastorno de estrés postraumático?

Trastorno

El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad de salud mental desencadenada por una situación aterradora, que bien se ha vivido en primera persona o se ha presenciado.

De acuerdo a lo mencionado en el portal web Clínica Mayo y el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, cualquier persona puede tener este trastorno con independencia de su edad.

¿Cómo inicia?

Los síntomas del estrés postraumático pueden comenzar a los pocos meses del incidente pero en ocasiones no aparecen hasta varios años después.

Según el Centro Nacional para el Trastorno por Estrés Postraumático de los Estados Unidos aproximadamente entre 7/8 personas de cada cien experimentarán esta enfermedad en algún momento de su vida.

Hechos más frecuentes que activan el trastorno

Entre ellas estarían la exposición a un conflicto bélico, el maltrato físico durante la infancia, la violencia sexual, la agresión física, ser amenazado con un arma, un accidente y otras muchas situaciones extremas o con riesgo de muerte como incendios, desastres naturales, secuestros, ataques terrorista.

Asimismo, no todas las personas con estrés postraumático han pasado por un hecho peligroso: “en algunos casos, con solo saber que un familiar o amigo cercano experimentó un acontecimiento traumático se puede desencadenar este trastorno”, indicó el National Institute of Mental Health.

¿Cómo identificarlo?

Los expertos señalan que para cumplir con los criterios del trastorno, los síntomas deben durar más de un mes y deben ser lo suficientemente graves como para interferir en aspectos de la vida diaria, como las relaciones personales o laborales.

Síntomas

Los síntomas del trastorno de estrés postraumático son los siguientes:

Recuerdos intrusivos o reviviscencias, evasión, cambios en el pensamiento y en los estados de ánimo, entre otros.

Recuerdos intrusivos

Experimentar flashbacks o revivir mentalmente (reminiscencias) el acontecimiento traumático una y otra vez, incluso acompañado de síntomas físicos como palpitaciones o sudoración. Tener recuerdos o sueños recurrentes relacionados con el acontecimiento y pensamientos angustiantes.

Síntomas de evasión 

Evitan pensar o hablar acerca del suceso traumático, no visitar lugares, actividades o personas que recuerden el suceso traumático. Los síntomas de evasión pueden hacer que la persona cambie su rutina. Por ejemplo, después de un accidente automovilístico grave, puede evitar conducir o viajar en automóvil.

Cambios en los estados de ánimo

Tienen pensamientos negativos sobre sí mismo, otras personas o el mundo en general. Son personas con desesperanza acerca del futuro. También tienen problemas de memoria, incluso no recuerdan aspectos importantes del suceso traumático, presentan dificultad en mantener relaciones cercanas, se sienten  distanciado de la familia y amigos, igualmente presentan una falta de interés en las actividades que antes gustaban. Dificultad para sentir emociones positivas como felicidad y satisfacción, son emocionalmente insensibles y experimentan emociones negativas continuas, como miedo, ira, culpa o vergüenza.

Por su parte los niños mayores y los adolescentes muestran síntomas más parecidos a los observados en los adultos que pueden incluir, además, conductas disruptivas, irrespetuosas o destructivas, sentimientos de culpabilidad por no haber evitado lesiones o muertes o pensamientos de venganza.

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