Cómo sobrevivir a un trabajólico

Hombre con dolor de cabeza

La adicción al trabajo se ha estudiado más a fondo en estas dos últimas décadas, llegando a crear un perfil de las personas con el padecimiento. Sin importar el sexo, son gente detallista, perfeccionista, con un afán exagerado por el éxito, competitivo e individualista.

Según los estudios que se han realizado, el profesional en cuestión podría causarse un gran daño, incluso a nivel social, quedando solo. Solo él y su trabajo. Pero claro, como suele suceder en estas investigaciones, nadie piensa en el entorno, se centran en el foco del problema, que en este caso es el trabajólico. El gran pero es que el entorno podemos ser nosotras: las mujeres parejas de los trabajólicos.

El inconveniente es el grado de soledad que tenemos que soportar por culpa de esta “enfermedad”. No es como tener una gripe, tampoco es como si fuera terminal. Más bien se liga al alcoholismo, por eso su nombre en inglés “workaholic” y ¿Cómo luchas contra un alcohólico? No, no es como quitarle la botella, porque si le quitas el trabajo, lo privas de sus ingresos y si lo despojas de ellos no puede comer o dormir bajo techo.

No queda más que aguantar. Juntar las fuerzas y el amor que tiene tu corazón para seguir adelante con todo sin destruir la relación. Lo verás salir a las 8 de la mañana y volver a las 12 de la noche, pensarás una y mil veces que tiene a otra, porque además no soltará el teléfono ni por un segundo. Cada notificación será urgente y cada llamada de vida o muerte. Todas las conversaciones se verán interrumpidas por el aparatito y tú, con sonrisa de político, deberás esperar a que termine su intermedio.

Nadie dice que sea fácil convivir con un trabajólico. Pero la paciencia mueve montañas y engrandece corazones. Tampoco se trata de tragarse todo hasta ahogarse con las ganas de gritonearlo y devolverlo a la casa de su madre, puedes, por supuesto que puedes, decirle lo que te molesta. Pero no lo hagas mientras trabaja. Busca ese instante perfecto en el que la atención va dirigida hacia ti, pero no de forma romántica, porque tampoco queremos echar a perder los momentos íntimos.

Déjale en claro que quieres figurar como prioridad en algún momento, de ahí en adelante sólo presta atención a los detalles. La forma más fácil de sobrellevar a un trabajólico es fijarte en los gestos que tiene contigo sin importar la cantidad. Ahora, si no logras acostumbrarte, la puerta es bastante ancha, puede salir uno o pueden salir los dos. Es tu decisión si aceptar o no la enfermedad del siglo XXI.

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