Dejar de usar sostén es posible

Desde que nuestro cuerpo comenzó a generar cambios visibles nos presentaron a quien sería nuestro compañero de por vida: El sostén. Comenzó la incomodidad de ponerlo cada mañana y sacarlo cada noche, las barbas salidas y los tirantes girados, todo un martirio para quien aún piensa en jugar y correr sin presiones, ni prisiones.

Nos dijeron que el sostén evitaría que nuestros pechos se cayeran, una desobediencia impensable hacia la ley de gravedad. Por eso, todos los días antes de salir, es el complemento obligado en nuestra tenida ¡Pero ahora los franceses nos dan la libertad!

Según un estudio realizado en Francia, la ausencia de sostén puede hacer más bien que mal. Jean-Denis Rouillon, médico deportivo y profesor de la Universidad de Franche-Comté,  lleva 15 años observando y midiendo los pechos de 320 mujeres, entre 18 y 35 años,  para estudiar su comportamiento sin sostén, los resultados son increíbles.

Las chicas que no aprisionaban sus senos con el sostén lograban que sus pechos permanecieran más firmes y que desaparecieran las estrías en la zona. Las otras, que sí usaban el artilugio, no presentaron estas mejoras. Según indicó el médico francés  “se produjo una mejora en la respiración y la comodidad (…), si una mujer se pone sostén por la apariencia de sus senos, el aparato suspensorio (natural del cuerpo) deja de funcionar correctamente”.

¡Así que ya lo saben, chicas! Usar sostén no es una necesidad biológica, solamente es la fuerza de la costumbre. Rompe con el paradigma y no sigas traspasando la tradición a las futuras generaciones.

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