La exposición solar prolongada es factor para melanomas

Melanomas

Las organizaciones internacionales de salud, desarrollan campañas para sensibilizar a la población acerca del melanoma, una patología agresiva, responsable del 75% de las muertes por cáncer de piel a escala global.

Melanoma

El melanoma es un tipo de cáncer de piel sumamente agresivo, que puede surgir a cualquier edad. Representa el 4% de los tumores malignos de la piel y su incidencia, a escala mundial, se ha incrementado en los últimos 25 años, ubicándolo como responsable del 75% de las muertes por cáncer de piel.

Al presentar una gran predisposición a propagarse a otras partes del cuerpo o tejidos, es considerado como uno de los tumores más letales. Muy a pesar de lo alarmante de estos datos, expertos como la doctora María Elvira Loyo, especialista en dermatología clínica, quirúrgica y estética, sostienen que el melanoma puede ser prevenible porque su aparición depende en gran medida de la exposición al sol.

¿Cómo aparece el cáncer de piel?

Advierte la dermatóloga que para todo tipo de cáncer existe una base genética que puede ser activada por diversas causas de orden medioambiental, así como no usar protección solar adecuada. “Uno de los factores principales es la exposición solar prolongada antes de los 18 años de edad”.

Pero en países tropicales, donde toda la población lleva sol desde muy temprana edad: ¿qué hacer? El cuidado diario de la piel es básico y de suma importancia, así como el diagnóstico precoz.

 “Como dermatólogo y pediatra, recomiendo a las madres no llevar a sus hijos de menos de dos años a la playa. Y para aquellos que viven allá, usar protector solar diariamente, gorra y manga larga”.

Cuidado con el “bronceado”

Otro factor importante a considerar es la raza del individuo. Explica la doctora Loyo que, en la medida en que el fototipo de la persona sea más bajo en una escala del 1 al 6, habrá mayores probabilidades de cáncer de piel, porque ese individuo tiene menos melanina, la cual sirve para protegernos de la radiación ultravioleta del sol.

Escala Fitzpatrick

Las personas que en la escala Fitzpatrick (llamada así por su creador, el Dr. Thomas Fitzpatrick, de la Universidad de Harvard) pertenecen al fototipo 1, tienen menor cantidad de melanina, siempre se queman y nunca se broncean; su piel se torna “rojo camarón”; son muy blancos, rubios o pelirrojos, de ojos claros. Es decir: al tener menor cantidad de melanina, tienen mayor sensibilidad al sol, aumentando así el riesgo de cáncer de piel.

“Por el contrario, el individuo Fitzpatrick 6 es el que, frente al sol, siempre se broncea y nunca se quema. Suelen ser individuos de tez oscura y ojos oscuros, porque tienen mucha melanina en el cuerpo”.

En países tropicales  el promedio de la población está entre los fototipos 3 y 4: algunos son individuos claros, sin ser rubios, de cabello y ojos oscuros, que algunas veces se queman y otras se broncean. “Cuando no hay bronceado sino quemadura solar, eso activa los elementos de daño en el ADN, por la radiación ultravioleta. Con un sustrato genético para esta patología, fácilmente se puede activar un cáncer de piel”, advierte la dermatóloga.

El abecedario de los lunares

Cualquier lesión que aparezca de la nada, debe ser consultada con el dermatólogo. Incluso aquellas que parecen acné y que luego de dos meses no se han curado. “Hay lesiones de cáncer de piel que no son típicas. Pero, en general, con melanomas hablamos de lunares. Hay un A, B, C, D, E de las lesiones de piel por el cual un individuo debería consultar al dermatólogo:

Asimetría: la forma del lunar es desigual.

Borde: es irregular, dentado, desigual, o borroso.

Color: el lunar tiene varios tonos, de color negro, marrón y tostado. Puede presentar zonas blancas, grises, rojas o azules.

Diámetro: suele ser mayor a 6 milímetros o aumentar su tamaño.

Evolución: cambio de tamaño, forma, color o aspecto; crecimiento en un área de la piel que era normal, sangrado, picor o dolor.

“El melanoma suele aparecer sobre lunares previos, pero no es una condición sine qua non. Puede aparecer de la nada, sobre una piel indemne, sin lesión médica previa”, señala la dermatóloga, representante de Galderma. “Hay que tomar en cuenta que no siempre lo que tú crees que es un lunar o una mancha, lo son. Puedes estar subestimando algo que sea importante”.

Radiación Ultravioleta: enemiga # 1

Recomienda la especialista evitar la radiación ultravioleta B, que se produce entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde. “La radiación solar no es un rayo que rebota cuando llega a un toldo. Es energía lumínica que se distribuye en el ambiente. Un toldo da sombra, pero no evita que la radiación lumínica lo atraviese, incluyendo la ropa. La radiación lumínica atraviesa el tejido, aunque no te queme. Por eso crearon las telas anti UV, pero tampoco bloquean el 100% de la radiación”.

Señala que la radiación UV menos cancerígena es la del tipo A, hasta las 9 de la mañana o pasadas las 4 de la tarde. “Es la que da el bronceado, pero lamentablemente también produce fotoenvejecimiento y manchas”.

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