¿Por qué se produce las malformaciones congénitas?

Malformaciones congénitas

¿Qué es una malformación congénita?

Es un defecto en la anatomía del cuerpo humano, o en el funcionamiento de los órganos o sistemas del mismo, que se manifiesta desde el momento del nacimiento. Esta alteración se produce porque un agente en concreto actúa sobre el desarrollo del embrión en el vientre materno.

Según en el momento del desarrollo del feto en el que actúe, el defecto afectará a un órgano u otra parte de la fisonomía del embrión, y con diferente gravedad y pronóstico.

Avances tecnológicos y sus diagnósticos

Hoy día, la gran mayoría de las mujeres embarazadas dará a luz a niños que no padezcan ningún tipo de problemas congénito ni malformaciones. Esto se debe, en parte, al gran avance de la medicina y a la mejora de los sistemas sanitarios de los países desarrollados, que han permitido reducir el número de malformaciones congénitas a un porcentaje de casos casi inapreciables.

Además, la detección precoz de este tipo de problemas embrionarios, gracias a los actuales métodos diagnósticos durante el embarazo, ha permitido instaurar a tiempo el tratamiento de muchas de estas patologías.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a uno de cada 33 lactantes y causan, anualmente, 3,2 millones de discapacidades.

La incidencia de malformaciones congénitas es de aproximadamente 15 por cada 1.000 recién nacidos.

Causas

La razón fundamental por la que ha sido posible reducir la frecuencia de este tipo de problemas es que muchos de los defectos congénitos que ocurren durante la gestación, tienen causas evitables si se controla a tiempo la acción de los factores que favorecen su aparición.

Aunque la mayoría de las malformaciones congénitas son de origen desconocido, hasta un 40% de ellas se asocian a determinados factores de riesgo que actúan durante el desarrollo del embrión.

Los diversos defectos congénitos que existen pueden ser originados por alteraciones genéticas, la acción de diversas sustancias tóxicas o fármacos, la edad materna, agentes ambientales como la radiación ionizante, enfermedades que la madre ha padecido durante el embarazo, e incluso por la alimentación llevada durante la gestación.

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