Cómo prevenir las enfermedades respiratorias

El frío y la contaminación juegan un rol importante en la aparición de enfermedades respiratorias durante el invierno. En este contexto, la directora de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad del Pacífico entrega las principales recomendaciones para prevenirlas.

Resfrío común, influenza, bronquitis, faringitis, hasta neumonías y neumonitis, son las que año a año aparecen como “invitadas de piedra” durante la temporada de invierno. Producidas por virus y bacterias, afectan particularmente a los adultos mayores y niños pequeños. En el caso de los menores, una enfermedad altamente prevalente es la producida por el virus sincicial.

De hecho, hoy las infecciones respiratorias agudas en los niños son a una de las causas más frecuentes de consulta médica, razón por la cual el Ministerio de Salud, como todos los años, ya inició su campaña de vacunación contra la influenza que se extenderá hasta el 13 de junio.

Sin embargo, no es sólo la influenza la enfermedad respiratoria con mayor prevalencia durante esta época. Ella, junto con otras, serán las responsables de que el trabajo hospitalario deba ser reforzado, tanto en el área ambulatoria como intrahospitalaria.

Por ello, la Directora de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad del Pacífico, Patricia Fernández Díaz, enumera los cuidados fundamentales que debemos tener para prevenir y/o evitar estas enfermedades:

  • Vacunarse. Los adultos mayores de 65 años deben sí o sí vacunarse contra la influenza, ya que tienen mayor probabilidad de contraer este virus. Para la neumonía, la vacuna se coloca a personas de 60 años o más. Ambas son gratuitas en los consultorios y ayudan a prevenir complicaciones secundarias asociadas. En el caso de los niños, deben mantener sus vacunas al día, especialmente si han sido prematuros, y se recomienda la vacunación para el virus influenza desde los 6 a los 23 meses.
  • Lavarse las manos varias veces al día, especialmente después de entrar en contacto con secreciones (luego de limpiarse la nariz).
  • Utilizar alcohol gel cuando no se dispone de agua.
  • Cubrirse la boca y la nariz con el antebrazo al estornudar.
  • Usar pañuelos desechables o papel higiénico al sonarse, los cuales se deben eliminar inmediatamente después del uso y no guardar en los bolsillos.
  • Evitar espacios públicos con aglomeraciones, como centros comerciales y supermercados. Por lo mismo, acudir a los centros hospitalarios solo si es necesario.
  • Evitar el contacto con personas enfermas.
  • Ventilar diariamente los espacios (casa y oficina) es clave en la prevención.
  • Mantener los espacios sin humedad. No seque ropa al interior de la casa.
  • Evitar los cambios drásticos de temperatura.
  • Tomar bastante líquido y consumir abundantes frutas y verduras que contengan vitamina C, como naranja, limón, kiwi, pomelo, tomates y espinacas.
  • Utilizar ropa adecuada para protegerse del frío, como bufandas, gorros, parkas y guantes.
  • Mantener el hogar a una temperatura adecuada, entre 18 y 20 grados.
  • Usar calefacción no contaminante. Si se utiliza parafina, se recomienda ventilar los ambientes todos los días y, además, encender y apagar la estufa en el exterior.
  • Aislar a los enfermos para no contagiar al resto de la familia.
  • No sobreabrigar demasiado a los niños.
  • Cubrir la boca y la nariz de los niños al salir cuando se enfrentan a cambios bruscos de temperatura
  • Fomentar la lactancia materna en los niños menores de un año como factor protector

Pero, ¿qué hacer si aun tomando las precauciones comienzan a manifestarse los síntomas de una enfermedad respiratoria? Patricia Fernández es clara: “En el caso de los niños menores de seis meses, si presenta quejido al respirar, se hunden sus costillas, está febril, decaído, debe acudir inmediatamente a un centro de urgencia o al centro de salud más cercano. En el caso de un adulto, si pasados dos o tres días la persona no mejora y está peor, lo más probable es que se haya sobre infectado por una bacteria y para eso es necesario consultar al médico”, precisa la directora de la Escuela de Ciencias de la Saludo de la Universidad del Pacífico.

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