El por qué eres una novia-mamá

Pareja cenando- Novia-mamá

Las mujeres latinas tendemos a ser una perfecta novia-mamá porque en nuestra cultura las madres ocupan un rol súper importante: representan lo bueno, noble y puro de todo hogar, así que inconscientemente crecemos con la idea de que en eso debemos convertirnos, siendo muy sobreprotectoras con nuestras parejas.

Diversos psicólogos y especialistas han estudiado esta condición arrojando distintos motivos por el cual somos o no una novia-mamá, la psicóloga Carolina Ruiz señala que, «los motivos son diversos, convertirte en la mamá de tu enamorado puede ocultar una necesidad de control de inseguridades personales», mientras que la terapeuta de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, Enara Iturbe destaca que «muchas mujeres llevan el rol de madres a todos los aspectos de su vida, así sea en su relación amorosa como en la oficina. Se trata de aquellas que siempre buscan tener la solución de todos los problemas o que anteponen las necesidades de los demás a las propias».

De la misma manera, Iturbe explica que «así como hay madres controladoras, también existen mujeres que parecen asfixiar a sus novios, lo mismo pasa en comportamientos como la sobreprotección o la permisividad».

Los expertos coinciden en que asumir el rol de novia-mamá es motivado por tu necesidad de ocultar algún aspecto de tu personalidad que podría poner en peligro tu relación y tranquilidad.

Ellos también son responsables

Tampoco podemos echarle toda la culpa a las mujeres, porque para que exista una novia-mamá debe haber un hombre que está buscando ser «adoptado», porque necesita de una figura materna en su vida, la psicóloga Ruiz  comenta que «para algunos latinos, la madre es la única mujer que realmente cuenta en su vida, lamentablemente aún hay hombres que piensan que ninguna los va a querer y cuidar como esa abnegada viejecita que siempre los espera con los brazos abiertos «, así que por más que lo intentes nunca estarás a su altura, es por ello que ante este escenario los expertos aconsejan sincerarse y madurar tanto en lo personal como en las relaciones.

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