Bacterias que podría tener un teléfono celular

El celular se convirtió en uno de los objetos más usados diariamente por millones de personas en todo el mundo. De hecho, según los últimos datos publicados por la empresa App Annie, las personas pasan cerca de 4,8 horas diarias haciendo uso de sus teléfonos inteligentes, de acuerdo con Semana.


Esa gran cantidad de tiempo que invierten las personas puede representar algunos riesgos para la salud. Entre otras cosas, hay varios estudios científicos que se han dedicado a analizar qué tan limpias son las pantallas de esos dispositivos. Los resultados han sido inquietantes.


Investigación

De hecho, una investigación realizada por científicos de la Universidad de Roma Tor Vergata analizó la contaminación microbiológica que había en los celulares de 108 estudiantes de carreras universitarias en salud. Además, recogieron datos demográficos y detalles de los hábitos de manipulación de los usuarios a través de múltiples encuestas.

A su vez, realizaron pruebas de cultivo y análisis estadísticos para encontrar nexos entre los comportamientos y la presencia de distintas bacterias.

“Es recomendable desarrollar pautas específicas para el uso higiénico de MP en entornos clínicos, para prevenir riesgos de infecciones cruzadas, así como introducir programas de formación específicos para estudiantes de profesiones de la salud”, puntualizaron los autores de la investigación.

Hallazgos

Según señalaron, encontraron estafilococos (presentes en la piel y en las mucosas humanas y capaces de causar múltiples infecciones) fueron encontrados en el 85 % de los celulares, los enterococos (presentes de forma frecuente en los intestinos) se encontraron en el 37 % de los celulares y los coliformes (que en ocasiones se encuentra en agua contaminada) en el 6,5 %.

Pero esta investigación italiana no fue la única que encontró múltiples organismos en los celulares. Aunque la mayoría de investigaciones se han centrado en trabajadores de la salud, otros científicos han querido centrarse en el estado de los celulares de la población general.

Ese fue el objetivo de otro estudio científico que se realizó en la Universidad de Tartu, Estonia, y que fue publicado en la revista Germs de la Academia Europea de VIH/SIDA y Enfermedades Infecciosas.

Los autores del trabajo investigativo hicieron un análisis cuantitativo de la contaminación bacteriana que había en los celulares de estudiantes de bachillerato. En total, analizaron cerca de 27 celulares y realizaron pruebas PCR y análisis de identificación microbiana para identificar múltiples bacterias.

Microbios

“Se encontraron microbios potencialmente patógenos (Staphylococcus aureus, Acinetobacter spp., Pseudomonas spp., Bacillus cereus y Neisseria flavescens) entre los microbios dominantes con más frecuencia en teléfonos con un mayor porcentaje de Enterococcus faecalis en el ARNr 16S bacteriano total”, señalaron los autores del estudio.

El dato es preocupante, pues la Enterococcus faecalis es conocida por producir múltiples infecciones. De hecho, la enciclopedia virtual Manual MSDM advierte que puede causar “endocarditis, infecciones urinarias e intraabdominales, prostatitis, celulitis e infecciones de las heridas, así como bacteriemias concurrentes”.

Eso sí, señalaron que no encontraron bacterias resistentes a antibióticos en las pantallas de los celulares. Además, indicaron que no encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el género de los propietarios del teléfono y la cantidad y el tipo de bacterias que había en sus celulares.

Así mismo, descartaron que hubiera alguna asociación entre el tipo de la pantalla de los móviles y las especies de bacterias dominantes y el nivel de contaminación.

Como conclusión, encontraron que hubo “un alto nivel de contaminación bacteriana en los teléfonos móviles de los estudiantes de secundaria”.

Conclusión y recomendación

En esa medida, autoridades sanitarias y profesionales de la salud les recomiendan a las personas hacer un uso adecuado de sus celulares, no usarlos mientras se encuentran en el baño, limpiarlos con desinfectantes (que pueden ser a base de alcohol) de forma periódica y lavarse las manos con frecuencia.

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