Beneficios que aporta la exótica danza del vientre

La danza del vientre se caracteriza no solo por ser divertida, además te ayuda a ponerte en forma. Descubre lo que necesitas para dar los primeros pasos y bailar los sensuales movimientos.

La danza del vientre

Es la solución perfecta si deseas tonificar tu cuerpo, ya que es un ejercicio aeróbico, con el que puedes trabajar el área del abdomen, piernas, glúteos y brazos, mientras te ayuda a aumentar la autoestima.

Orígenes

El nombre de danza del vientre se comenzó a utilizar por los europeos en el siglo XIX, atribuido a los movimientos de cadera que no se veían en los bailes europeos. En la antigüedad, se pensaba que su práctica estaba directamente relacionada con la fertilidad humana y de la tierra.

Beneficios

Mejora la postura y evita dolores en la espalda.

Sirve como adelgazante y quema la grasa abdominal.

Ayuda al proceso digestivo.

Gracias a los movimientos pélvicos, disminuye los dolores menstruales.

Incrementa el autoestima.

Aumenta la flexibilidad.

Facilita la circulación sanguínea.

Propicia la sensualidad.

¿Qué se necesita?

Pañuelo de monedas: Su sonido acompaña a la danza y el movimiento resalta las caderas.

Velo: Es un accesorio imprescindible, que le da a la bailarina un gran impacto visual.

Crótalos: Este instrumento musical está formado por dos pequeños platillos que se tocan con los dedos índice y pulgar, logrando llamar la atención de los espectadores.

Paso a paso

Ocho: coloca los brazos arriba, los pies en paralelo y mantén las rodillas flexionadas. Comienza realizando movimientos imaginarios con la cadera, simulando un ocho sin detenerse. Saca los talones alternadamente del suelo, moviendo las caderas.

Egipcio: con los brazos, forma un ángulo de 90 grados, coloca la pierna derecha delante y eleva la cadera. Manteniendo la pierna derecha adelante, baja la cadera, repitiendo el movimiento. Luego cruza la pierna adelante, como si dieras una pequeña patada, y baja la cadera.

Brazos de serpiente: levanta el brazo derecho hasta la altura del hombro, y realiza ondulaciones. Al mismo tiempo, mueve las caderas hacia la derecha. Para terminar, abre tus brazos lentamente y continúa realizando movimientos de oposición de fuerzas.

Camello: con un pie delante del otro, coloca los brazos extendidos. Apoya tu peso en el pie delantero, proyectando la cadera en la misma dirección. Luego retorna el peso para atrás. Continúa el ciclo del movimiento con el abdomen, controlando el giro de la vértebra lumbar.

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