Prácticos consejos anti-antojos

consejos anti antojos

Para nadie es un secreto que las mujeres somos antojadizas por naturaleza, que un pastelito, un helado, sushi o papas fritas, según sea la ocasión o estado de ánimo por el que estemos pasando nos alegra la vida. Pero ¡basta de eso!

Si lo que buscas es bajar de peso, te enseñamos esta lista de consejos prácticos que puedes llevar a cabo cada vez que se venga ese mal hábito de “comer por comer”.

¿Qué hacer?

Toma un vaso de agua: Lo que pocas mujeres saben, es que  a veces los antojos son causados por deshidratación, si tomas un vaso de agua cada vez que vengan, y esperas un instante, de seguro ya no los sentirás. ¿Por qué no haces la prueba? Tal vez seas capaz de decirle que no a ese simpático chocolatito.

Toma multivitamínicos. En ocasiones, los antojos vienen no sólo por golosas, sino porque tenemos la ausencia en nuestro organismo de alguna vitamina en particular, y lo exige a través de nuestro cerebro en forma exagerada, con la intención de abastecerse para luego. Evita de esta manera las consecuencias de ese cínico pastel que por delante mira sonriente, para luego alojarse con maldad en tu cintura.

Come frutas: Lo más aconsejable en estos casos son las manzanas, plátanos  y naranjas. Eso suele ayudar a calmar las ansias de azúcar ¿o no has analizado que por lo general tus antojos son de cositas dulces?. Sí, está bien, somos malas para la fruta… pero ¿si pruebas comerlas cocidas, en compota, o como jugo? Tal vez trozadas mezcladas con jalea o yogurt también sería una buena idea.

 Date una ducha bien caliente. Expertos aseguran que 10 minutos de ducha a alta temperatura, la sensación de calor y adormecimiento, similar a la que se tiene a la salida de un sauna, ahogará el antojo.

Si tienes hambre, es hora de almuerzo o desayuno, aliméntate de comida, no de golosinas.  Los antojos y el hambre no son lo mismo, si tienes hambre es porque tu cuerpo busca energía para funcionar correctamente, dale lo que corresponde. Si, por el contrario, no es un horario habitual de comida, y se trata de un antojo que te manda el cerebro en su afán de dopamina,  sale a caminar, conversa amenamente con amigos de algún tema interesante, o has algo que te quite el estrés. Te darás cuenta que al poco tiempo se te olvida.

 

 

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