¡No me interesa ser madre!

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Siempre hablamos del deseo que existe entre la mujer por ser madre, pero casi nunca se expresa o escribe sobre las mujeres que no desean ser madres, que por lo demás, es un derecho y un pensamiento igual de valido de las que si quieren embarazarse.

Es muy común que al ver hombres solteros y sin hijos no nos llama tanto la atención porque pensamos que pueden tener otras preferencias sexuales, que es muy apegado a su madre, o que es un mujeriego; y por supuesto, nunca le damos la connotación de que puede ser una persona “complicada y “amargada” como así se juzga a la mujer, que si no tiene hijos a una cierta edad, pasa a ser una solterona problemática o como la anormal del grupo en el caso de que sus amigas tengan.

Y eso no es todo, porque cuando se está en pareja, y no hay señales de hijos, casi siempre se piensa que la mujer es la del problema de la fertilidad ¿y el hombre no puede ser el del dificultad me pregunto yo? Las mujeres hasta el día de hoy se encuentran totalmente presionadas por la sociedad sobre tener hijos y formar una institución familiar.

Mi pregunta es, ¿qué pasa con las mujeres que deciden tener hijos, sin formar una familia? ¿Qué pasa con las mujeres que desean no tener hijos? ¿La sociedad las juzgará?

Existen muchos otros objetivos que la mujer de hoy quiere priorizar como el trabajo, el estudio, desarrollos personales, viajar y conocer el mundo entero. ¿Qué hay de malo en eso? Además hablando fríamente siempre es mejor en el trabajo contratar a alguien que no tenga hijos a que tenga, porque las que tienen son consideradas menos competentes.

Otro factor importante y que se da muchísimo en los tiempos de hoy es lo difícil que está encontrar una pareja, nadie se quiere comprometer como antiguamente era la tradición. ¿Será por la individualidad de la tecnología? No lo sé, pero de que cuesta encontrar a alguien, cuesta.

Lo importante de este tema está en que así como existe el deseo de tener hijos, existe el deseo de no tenerlos. Lamentablemente el problema es que todavía el deseo humano se rige por las normas que predispone la sociedad y es ahí cuando aparecen a la luz las madres que no quieren serlo y que dejan botados a sus hijos, por ejemplo.

En definitiva, sea la razón que sea las mujeres tienen que hacer valer sus derechos, sus deseos y sus sueños, hacerse cargo de las decisiones que tomen y hacerse respetar por los otros, ya que nuestro mundo femenino, lo construimos en nuestro mundo íntimo, en el amor de la honradez, en base del amor de ser feliz con lo que se desea, sin ser juzgado, ni seguir paradigmas para hacer feliz a otros y no a una misma.

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